Espacio de bienestar
En nuestro viaje espiritual y búsqueda de bienestar, enfrentamos la tarea de controlar nuestros impulsos mentales, como la codicia, envidia, aversión, competición, apego y otros, pues ellos son unas de las causas de las enfermedades del cuerpo. Si bien controlarlos al 100% puede ser un desafío imposible, porque somos humanos, podemos aprender a direccionar estos impulsos de manera positiva. En este artículo, exploraremos cómo abrazar nuestros impulsos, dirigirlos adecuadamente y mantener la armonía en nuestra vida, permitiéndonos vivir en paz y alegría.
1. Aceptación
Entendemos que es normal tener impulsos mentales, y en lugar de suprimirlos o controlarlos rigurosamente, podemos aprender a direccionarlos. El primer paso es aceptar que estos impulsos existen y luego indagar en su origen. En ocasiones, no comprenderemos por qué surgen, pero podemos aprender a usarlos a nuestro favor.
¿Cómo puedo estar en paz sintiendo ira, enojo, ansiedad, miedo? Descubriendo el amor detrás de todas nuestras emociones. Ser bondadosos con nosotros mismos y con los demás es esencial. Permanezco en la rutina de la vida sin causarme daño y sin dañar a otros, y esto se logra con Karma Yoga, disciplinas espirituales, y teniendo espacio en mi vida para sentarme, salir a caminar, pensar, analizar, meditar.
Disfrutar lo que la vida me está dando, no ser tan estricto, soltar la rigidez, recibo el mundo como una bendición que me está llegando en cada momento; suelto la expectativa de un resultado, cualquier cosa que venga de la vida es un regalo.
La presencia en el momento presente se cultiva a través de nuestras prácticas espirituales. La mente se fortalece a medida que nos volvemos más conscientes de nuestros procesos internos y aprendemos a utilizarla a nuestro favor. Recordemos que cada uno tiene sus propios desafíos y procesos, y es fundamental respetar y enfocarnos en nuestra propia evolución.
A la mente hay que entrenarla con cariño y cuidado, reconociendo que detrás de todos los apegos o rechazos se esconde un niño herido. Al igual que educamos a un niño, podemos enseñar y guiar nuestra mente hacia pensamientos y comportamientos más saludables. No podemos satisfacer todos los deseos, pero podemos atender las necesidades esenciales de la mente con comprensión y compasión.
En nuestro camino espiritual, dirigir nuestros impulsos mentales nos lleva hacia una vida más plena y significativa. Abrazar nuestras emociones, dirigirnos hacia prácticas espirituales y encontrar un equilibrio en nuestra existencia nos permite disfrutar de la paz y alegría inherentes a nuestro estado natural. Al cultivar una actitud de aceptación y amor hacia nosotros mismos y hacia los demás, fortalecemos nuestra mente y liberamos nuestra esencia de paz interior. Tratar a nuestra mente como a un niño herido, con cariño y cuidado, nos brinda la oportunidad de guiarla hacia la sabiduría y el bienestar emocional.
Basado en las clases del Dr José Casas Salazar
Profesor de Vedanta, Ayurveda, Sánscrito y Mantras
Estamos en: Hernando de Magallanes 1514, Las Condes, Región Metropolitana, Chile