Nuestro enfoque integral de acompañamiento

Nuestro enfoque integral
de acompañamiento

Destacamos el concepto de Coaching Integrativo, a partir de nuestra visión de vida en donde nos entendemos como seres completos e integrados en la danza de la vida.

Ya sea que el ajuste en tu vida tenga un componente físico, emocional, social o laboral, reconocemos la relevancia de integrar el aspecto espiritual. Este enfoque holístico permite afrontar cada transformación desde una conexión profunda con tu esencia.

Por: Claudia Garriga

Coach Integral Certificada, Comunicadora Social e Instructora de Hatha Yoga.

El cambio es parte inherente de la vida. Desde el momento en que nacemos, estamos en constante transformación, aunque a menudo lo resistimos por nuestras narrativas mentales, generando una desconexión entre la vida que imaginamos y la que realmente vivimos. En Besukha, creemos en la importancia de abrazar los cambios desde una perspectiva consciente y alineada con nuestra esencia.

El proceso implica desprenderse de antiguos patrones de conducta y emociones arraigadas, permitiendo la apertura a lo nuevo. Inspirándonos en la naturaleza, una fuente infinita de renovación, alentamos la flexibilidad y la fluidez frente a los cambios necesarios para tu crecimiento.

No olvides que, cada transformación adquiere significado cuando la vinculas a tu propósito personal y espiritual.

A lo largo de las sesiones de Coaching, te guiaré para que utilices tus recursos de manera efectiva, creando hábitos que fortalezcan tus rutinas. El objetivo es que estas nuevas prácticas no solo perduren en el tiempo, sino que se conviertan en un estilo de vida pleno y equilibrado. Como Coach e Instructora de Yoga incorporo en este proceso (si es necesario) algunas rutinas de yoga y pranayama que resultan muy efectivas para abrir la consciencia y “ver” lo que tengas que observar.

Yoga y Ayurveda, las filosofías que nos han llevado a construir y consolidar nuestro centro Besukha, proponen herramientas que nos ayudan a derribar obstáculos, salir del estado de sufrimiento, dejando aparecer la semilla que llevamos en nuestro interior, estimular sus brotes y dejar que aparezcan los frutos.

Recuerda siempre que, si una semilla no brota, sigue siendo una semilla.